El 29/10 se conmemoró el Día Mundial de Prevención del ACV, Camec Rosario Centro de referencia ante esta emergencia.

Conocer los síntomas y actuar con rapidez son las dos claves para reducir los daños de un Ataque Cerebrovascular (ACV).

CAMEC fue elegida por el Ministerio de Salud Pública, como el centro de referencia departamental para atender emergencias relacionadas a un ACV sin importar el centro asistencial al que pertenezca el paciente desde donde se realizará el traslado.

Luego de estudios realizados se determinó al centro asistencial de nuestra ciudad como el más apto y competente para asistir a dichos pacientes ante ésta emergencia.

La atención inmediata del paciente en centros de salud resulta fundamental para prevenir y evitar posibles consecuencias.
Por ello la importancia de la familia y allegados de observar y reconocer los síntomas asociados, ya que de ésto dependerá la sobrevida del paciente y que los efectos secundarios sean los mínimos.

Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Algunas veces, se denomina «ataque cerebral».

Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente.

Causas

Hay dos tipos principales de accidente cerebrovascular:

• Accidente cerebrovascular isquémico

• Accidente cerebrovascular hemorrágico

El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo que irriga sangre al cerebro resulta bloqueado por un coágulo de sangre. Esto puede suceder de dos maneras:

• Se puede formar un coágulo en una arteria que ya está muy estrecha. Esto se denomina accidente cerebrovascular trombótico.

• Un coágulo se puede desprender de otro lugar de los vasos sanguíneos del cerebro, o de alguna parte en el cuerpo, y trasladarse hasta el cerebro. Esto se denomina embolia cerebral o accidente cerebrovascular embólico.

Los accidentes cerebrovasculares isquémicos también pueden ser causados por una sustancia pegajosa llamada placa que puede taponar las arterias.

Un accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo de una parte del cerebro se debilita y se rompe. Esto provoca que la sangre se escape hacia el cerebro. Algunas personas tienen defectos en los vasos sanguíneos del cerebro que hacen que esto sea más probable. Estos defectos pueden incluir:

• Aneurisma (un área débil en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que al vaso se le forme una protuberancia o una burbuja en la parte exterior)

• Malformación arteriovenosa (MAV; una conexión anormal entre las arterias y venas)

• Angiopatía cerebral amiloide (ACA: una afección en la que las proteínas amiloides se acumulan en las paredes de las arterias del cerebro)

Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos también pueden ocurrir cuando alguien está tomando anticoagulantes, como warfarina (Coumadin). La presión arterial muy alta puede hacer que los vasos sanguíneos se revienten, ocasionando un accidente cerebrovascular hemorrágico.

¿Cómo nos damos cuenta de que una persona está sufriendo un ACV?

• Debilidad en partes del cuerpo como en la cara, el brazo o la pierna.

• Dificultad para hablar o comprender el habla.

• Sensación de mareo o inestabilidad.

• Pérdida de la visión de un ojo.

• Cefalea intensa, con sensación de estallido que no se compara con ningún otro dolor de cabeza que se haya tenido antes.

Hay condiciones médicas que pueden aumentar el riesgo de padecer un ACV:

• Hipertensión

• Colesterol y triglicéridos.

• Enfermedad carotídea

• Diabetes

• Arritmias cardíacas

• Enfermedades de las válvulas del corazón

• Trastornos hematológicos.

• A su vez, ciertos hábitos de vida resultan perjudiciales, como el tabaquismo, la inactividad física (sedentarismo), la obesidad y el abuso de drogas.