Material Tinta y Pico, podes retirar gratuitamente su periódico en el comercios auspiciantes, memoria Danny Bertinat.
A lo largo de mi vida, muchas veces me he preguntado por qué los que procedemos de otras zonas de nuestro país, permanecemos en Rosario.
No hace tanto tiempo creo haber encontrado la respuesta. Creo firmemente que es una ciudad en la que se va dando una trama social de amigos, constitución de fami-lia, de espacios compartidos.
Por ello, también, es común preguntar ¿quién es esa persona? Inmediatamente salta la devolución es el padre de, o familiar de Muchos de nosotros tenemos grabados la imagen de una pareja de personas mayores que siempre los veíamos juntos. Caminando en las cercanías de la Plaza Benito Herosa, otras veces dirigiéndose a realizar sus actividades en la Asociación de Jubilados. Otras veces en una de las playas del este de nuestro departamento encontrarlos caminando y en el encuentro una sonrisa.
Si alguno preguntaba ¿Quién es esa pareja, que siempre andan juntos? La respuesta generalmente era «son los padres de Daniel, de Daniel Dibot» Realmente eran Iván Dibot y Vilma Lausarot, los padres de Daniel y Annabel.
Muchas veces, el privilegio de vivir muchos años hace que las nuevas generaciones no conozcan parte de la historia de esa persona, que de alguna forma atrajo su aten-ción. Por ello, ante el fallecimiento de Iván, me permito presentarles a una gran persona, en su faceta de jugador de fútbol.
Digo en su faceta de jugador de fútbol, porque generalmente fue el tema que nos unió. En su larga vida, a nivel personal, fue padre, abuelo y bisabuelo.
Si bien no soy escritor, me permito mostrar esa faceta desconocida para muchos pichoneros de aquel brillante jugador, y un momento de recordación para un caballero de mano tendida y una sonrisa bonachona.
IVÀN DIBOT DAVILA, nació en junio de 1932.
Con motivo de escribir mi libro con la historia del Club Colegiales, un día lo visité en su casa y aparecieron las anécdotas y su historia en el fútbol. El Periodista Andrés Ayala Núñez, en entrevista realizada a Abel Zippone, para un Boletín del Club Colegiales rescata los siguiente: Abel Zippone fue jugador, director técnico y hábil dirigente del Club atlético Colegiales …… mientras Don Abel, estaba comprando una pelota de fútbol en Casa Nelson, el propio Nelson (Goldanski) le preguntó cómo andaba el cuadro y de paso le comenta que por ahí afuera había unos paisanos de apellido Dibot que dice son cinco hermanos y todos juegan muy bien Y yo abrí los ganchos-dice Don Abel- porque este mismo dato me lo había dicho «El Pampo». Llamé a reunión y en lo de Cárdenas armamos el viaje.
Sabino Alvarez puso el auto, Félix Quintana llevó los formularios, por cuestiones de trabajo yo no pude ir- dice Zippone- pero al año siguiente Colegiales pudo contar con el concurso de los hermanos Dibot».
A partir de ahora, lo que me contó Iván.
Iván me cuenta que:» vivían en la zona rural de Paso Méndez. Los Dibot Dávila eran 15 hermanos, ocho mujeres y siete varones. De niños y jóvenes, luego de finalizadas las tareas del día se dedicaban a jugar al fútbol en una cancha que construyeron en un bajo. De esta forma, vecinos de la zona empezaron a concurrir para armar sus partidos.
La pelota que utilizaban no siempre era tal, muchas veces estaba construida de trapo, otras veces la vejiga de cerdo se transformaba en balón. Con apenas 15 y 16 años algunos de ellos se integraron al equipo de Racing de Paso Méndez, jugando en la Liga de Cardona.
En tiempo que no había campeonatos jugaban con equipos de zonas rurales, como Piedra Chata, San Juan, Zunín.»
En la foto de Paso Méndez aparecen Gabriel Dibot(golero). Luis (back), Cleto (entre ala derecho), Danilo (entre ala izquierdo), Iván (puntero).
En el año 1950 llegan al Club Colegiales, Gabriel, Cleto, Danilo e Iván.

Lens, jugaba en ese tiempo en Nacional de Cardona y es por ello llegará a Colegiales en el año 1951.
En la conversación que tuvimos, hace algunos años, me decía que:» Lo que cuenta Abel Zippone fue de esa forma. Su padre Juan Dibot, concurría a Rosario a realizar sus negocios con empresas de la ciu-dad. Entre ellas la constituida por la familia Fuica. Estos pretendían traer a los hermanos Dibot a jugar a Rosario, a lo que mi padre les decía que tenían que hablar con no-sotros. Pero Abel Zippone era un Dirigente muy rápido y por tal razón una vez realizado el partido Colegiales – Paso Méndez, llegaron Dirigentes de los rayados con los formularios de inscripción en la Liga de Rosario. Don Juan Dibot, puso como condición que los tenían que trasladar a Rosario y llevarlos de regreso.»
En el año 1950, Iván sale Campeón con Colegiales formando el ala izquierda con su hermano Danilo e integra la selección de Rosario que participa en el Campeonato Departamental.
En el año 1951 integran la delantera del Colegiales Campeón: José Cabrera, Teófilo Salaverry, Lens Dibot, Danilo Dibot e Iván Dibot. También en ese año integra la selección de Rosario. Lens Dibot, Danilo Dibot, Iván Dibot.
En el año 1952 se produce su pase al Club Peñarol de Montevideo. El Comerciante y Directivo del Club Colegiales Sr. Sabino Alvarez estaba vinculado comercialmente a gente muy cercana al Club Peñarol de Montevideo. De esos contactos surge la posibilidad para Iván.
Pregunto ¿Cuáles fueron las condiciones de ese pase? Y surge una anécdota que marca a Don Abel Zippone. Dice Iván» Había hablado con Iván Zerpa, que era el presidente de Colegiales. Él me dijo que con el pase no había proble-mas, que ellos me lo daban. Cuando salgo de Rosario, acompañado de Abel Zippone, en un coche de ONDA, que manejaba Sánchez, me dice que pediría $200 por mi pase. Le dije que me bajaba del ómnibus y hablaría con Iván Zer-pa y que me iba después. Me di-ce, no tranquilo, llevo dos cartas.
Cuando estamos con los Directivos de Peñarol, Zippone expresa que tendrían que ver la cifra del pase porque un jugador como Iván no se podía suplantar y significaría un alto costo para Colegiales. Conseguir otro jugador con esas condiciones, era muy difícil.
Me puso como que era una estre-lla. Preguntaron cuál era la cifra y allí mismo aceptaron el acuerdo. «Iván firmó contrato por un año, con un pase por $200.
Viajaba los martes y jueves para sus prácticas con la Tercera. Allí jugó tres partidos e hizo dos goles.
En virtud de sus actuaciones, pasó a realizar la preparación física con el plantel de primera División a 1 cargo de Juan López. Allí compartía el entrenamiento con algunas de las estrellas de Maracaná. La intención de Peñarol era que fuera el sustituto del» Patrullero Vidal», que posiblemente se vendería al exterior.
El «Patrullero» en 1953 fue transferido a la Fiorentina de Italia. Integrando al plantel de Primera viajo a un partido amistoso en la ciudad de Minas. Allá entro en el segundo tiempo y sufro una lesión muy grave a nivel del tobillo. Permanece enyesado durante un tiempo y es descartado por la sani-dad. No podrá jugar más al fútbol.
En ese tiempo expresa que: «Danilo fue como un padre para mí. Danilo ya estaba en Nacional, en una pensión donde se hospedaban Es-calada, Cien Gramos Rodríguez y Orellano»
Iván estaba en una pensión que pagaba Peñarol, porque tenía contrato con el club. «Un día Hohberg me dice que no les haga caso a los médicos y que vaya a la playa a hacer ejercicios y que volvería a jugar». A partir de allí puso en práctica ese consejo. Tuvo una gran mejoría, pero no como para competir en el fútbol profesional.
«Volví a Rosario y había perdido todas las ganas de intentar jugar. Toda la ilusión se me había terminado».
Después de permanecer unos cuatro años sin jugar, volvió a Colegiales y la Selección de Rosario. En dos oportunidades lo citaron para la Selección de Colonia, pero por su trabajo (en FUAYE) no podía concurrir a las prácticas y no aceptó.
En el año 1961, «El empresario que llevó a Danilo al Mónaco me ofreció ir a jugar al Niza. Pero resulta que allí tendría que haber hecho el servicio militar por un año. Por lo tanto, no fui.»
Aquí se toma un respiro, y me expresa » Mi En el año 1972, el Club Atlético Colegiales inicia su etapa en el Fútbol Infantil y en la plantilla de técni-cos, junto a «Meco «Maciel, se encuentra Iván Dibot.
Hoy despedimos al hombre afable que esbozaba una sonrisa en cada encuentro.
Hoy despedimos, al Sr. que junto a su Senora recorrian nuestras calles y generaban nuestra admiración. Hoy despido a Iván, que un día, junto con su esposa me abrieron su casa y abrió su libro de historias atrás de una pelota.
Escrito por el Mtro. Danny Bertinat Tinta&Pico! agradece al Mtro.
Danny Bertinat su siempre bien dispuesta colaboración y comparte profundamente que Iván será recordado por todos y que faltará en las calles de Rosario la imagen de esa pareja, siempre unida, que trae a la mente alguna estrofa de la canción «Clara» de «No te va gustar»: «Qué lindo que era verlos caminando, un alma sola dividida en dos…» Nuestro abrazo para sus familiares, muy especialmente para su señora: Vilma.