Se trata de cinco estudiantes de la Escuela Técnica de Rosario que ganaron un concurso de tecnología internacional.
El jueves 3 de diciembre se celebró la final del programa Soluciones para el Futuro 2020, organizado por el programa de Ciudadanía Corporativa de Samsung, orientado a jóvenes de Uruguay, Argentina y Paraguay. La propuesta presentada por el equipo uruguayo, Protohand, fue la ganadora de la jornada.
La iniciativa, elegida por la comunidad como el mejor proyecto, tuvo como objetivo crear una prótesis 3D articulable de una mano, controlada por movimientos de la muñeca de la persona, a la que más adelante, se le agregarían motores y sensores que permitirán que la prótesis se articule mecánicamente mediante impulsos nerviosos en el antebrazo.
En una primera instancia fueron presentados 600 proyectos de los que solo 30 fueron preseleccionados. A partir de aquí, cada equipo tuvo que trabajar junto a sus docentes y especialistas para materializar la idea. Finalmente, cinco equipos pasaron a la final: tres argentinos, un paraguayo y un uruguayo.
Detrás de Protohand hubo cinco estudiantes de la Escuela Técnica de Rosario, Colonia: Ezequiel Corbalán (alumno de 2do Electromecánica), Julieta Carbajal (Alumna de 1ro Administración), Santiago Mariotta (alumno de 2do Electromecánica), Camila Casals (alumna de 1ro Administración) y Martin Lausarot (alumno de 2do Electromecánica).
El profesor coordinador y docente de Física, Jhonattan Barale, trasladó a Cromo la emoción del equipo ante la noticia. «Como profesor y como escuela técnica nos sentimos muy orgullosos de nuestros estudiantes, del enorme crecimiento personal que pudimos notar en cada uno de ellos durante todo el proceso y en un año muy particular», declaró.
Cada integrante del grupo junto a su profesor ganó una tablet Samsung. Sin embargo, el trabajo no se queda aquí, pues Barale declaró la intención de continuar desarrollando el proyecto, para lo que ya se han puesto en contacto con especialistas con vistas a perfeccionar el diseño, hacerlo más «ergonómico» y «natural» para el usuario.
«Esa naturalidad la conseguiremos a través de la utilización de sensores eléctricos que identificarán los pulsos que emiten los músculos del antebrazo, para luego ser utilizados en el control de diversos servomotores que articulan la prótesis», afirmó el profesor. Además, quieren recubrir la prótesis con un símil látex que simule ser piel.
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